20/2/11

No pasó nada, de Antonio Skármeta

No mes de Febreiro, a lectura escollida foi "No pasó nada" de Antonio Skármeta.
Nel cóntase a historia do exilio da familia de Lucho, dende Chile ata Alemania, sempre visto dende o punto de vista do rapaz.
A verdade e que é un libro moi curto, moi entretido e facil de ler, a min gustoume moito esa forma de escribir a historia, porque é como se estivese falando o rapaz todo o tempo directamente co lector .
A historia ten poucos personaxes, pero os máis importantes son Lucho e a súa familia.
É un libro verdadeiramente interesante, porque nel refléxanse os medos, inseguridades e a morriña que as persoas sofren ó ter que deixar o seu país e, paralelamente, conta a historia de Lucho, de como cando chegou era un rapaz pequeno, a como vai medrando e pasando por diferentes etapas e situacións.
En definitiva, é un libro que vos recomendo a todos, moi fácil de leer e de seguir a historia.


Iago Fernández, membro do clube NAEstrada-525

Nos comentarios atoparás a recensión de Laura Carrillo, membro do club de lectura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este mes de febrero, No pasó nada del chileno Antonio Skármeta fue nuestra lectura escogida para comentar en el Club. Tras el golpe de Estado de Salvador Allende en 1970 y la instauración del régimen dictatorial de Augusto Pinochet, miles de familias chilenas se ven obligadas a buscar una vida mejor más allá de la pobreza y la miseria que abordaba a su país. Entre ellas, estaba la familia de Lucho que se preparaba para iniciar una vida desde cero en Berlín. Siempre se suele contar la dureza de la inmigración desde la piel de personajes adultos, y en este caso es la voz del adolescente de catorce que nos habla, nos cuenta la dificultad de desenvolverse en una lengua totalmente distinta, la pobreza, la situación de adaptación a la nueva cultura, la necesidad de cambiar Chile y no olvidar sus raíces, el sufrimiento por la nostalgia, sin olvidarnos, de ese primer amor y las peleas. Todos estos temas los refleja Skármeta con toque de ironía y gracia que nos hace sacar una sonrisa a pesar de la crudeza que supone echar por la borda una vida hecha y empezar, sin nada, otra nueva al otro lado del gran charco.
Laura Carrillo