Os lectores comentan:Este libro refleja la vida escolar, centrándose solo en la violencia de un grupo hacia otro y la ignorancia de ello por parte de otros.La muerte de Jacinto hace sentir lo mal que una persona lo está pasando debido a la violencia escolar. El suicidio es un acto extremo donde no se puede aguantar más. Los profesores, si ya sabían lo que ocurría, debían haber dado la voz de alarma y no quedarse callados mirando hacia otro lado como si nada ocurriese. Es un acto de cobardía que no hubiesen hablado, y lo mismo pienso de Cecilia y de M. Ángel. Se puede ser leal a un amigo, pero si le están maltratando no es un tema para callarse la boca. Por otro lado, opino que se exageran demasiado algunas reacciones. Por ejemplo, el intento de suicidio de Alan me parece un remordimiento demasiado exagerado, ya que el también pegaba y estaba con Salva y compañía en sus fechorías. En cambio me parece muy real otra actitud: cuando Salva, Cafre, Segis y Alan se enteran de la verdadera razón de la muerte de Jacinto, intentan hacer como si ellos no hubiesen hecho nada y "camelan" a M. Ángel. Verdaderamente pienso que es ésta la actitud que mejor se identifica con la realidad, ya que los matones, por así decirlo, al ser descubiertos, o estar a punto de ello, intentan agacharse y esconderse de sus actos y no dar la cara por ellos. A pesar de los aspectos del libro que no he visto bien, la historia es en sí triste y realista, y en mi opinión el modo en que se narra es agradable, sin pararse demasiado a describir las cosas. Es un libro ameno y fácil de leer.
Lucía R. (membro do club de lectura NA Estrada-525)
